Dejar el nido no está peleado con ser millennial
06 julio 2023
Con este artículo damos por inaugurada nuestra nueva sección Millennials Anónimos, en la que compartiremos historias de otros millennials que lo han intentado y lo lograron, o que fracasaron, para que aprendas de ellos y ganes como siempre.
A esta generación nos tocó el reto de vivir en un momento en el que tener trabajo, familia, casa propia y ahorros al mismo tiempo es casi imposible. La situación económica global ha hecho que a pesar de que nuestra generación es la más preparada de todas, también es la peor pagada (o a la que las cosas le cuestan más caras).
Como ya dejamos de lado el tener casa propia, nos vamos a olvidar de nuestros papás contándonos lo increíble que era su vida cuando eran jóvenes. Nuestra realidad es distinta. Y si eres de esos que sigue viviendo con ellos y pensando en cómo hacerle, nos enfocaremos en sus indirectas para que nos salgamos de casa y seamos independientes.
Las siguientes historias son 100% reales, de millennials que han logrado independizarse con sus consejos de cómo lo hicieron.
Sofía, 26
“Creo que lo esencial para decidir salirte de tu casa es encontrar con quién llegar, solo solin solito, sale carítsimo.”
Básicamente fue porque me habían dicho que en MTY había mucho trabajo, yo ya estaba trabajando en todo el rollo de RRSS y había estado ahorrando de mis pagos semanales, empecé a mandar mi CV a agencias en MTY y en una de esas me hablaron. En sí me fui a MTY con 7 mil varos ahorrados. Llegué a MTY con una amiga que vivía allá y en lo que podía le ayudaba con gastos de la casa.
El asunto fue que de donde me habían hablado me dijeron que siempre no, entonces como por 2 meses estaba sin trabajo y dinero muy limitado. Para esto también estaba buscando otro lugar donde vivir y encontré un lugar barato que pedía de anticipo mil pesos, un amigo me tiró paro prestándome la mitad del anticipo y al poco tiempo me hablaron de otra agencia que quedaba a 15 min de donde iba a vivir jajajaj en sí conseguí primero casa y luego trabajo. Todo esto fue cuando tenía 23 años.
Ya viviendo sola tal cual, lo que hacía era de la quincena separar la mitad de la renta de mi casa y 1000 pesos para el mandado quincenal. Si tenía pagos de tarjetas, igual de la quincena sacaba la mitad de los pagos que tenía que hacer a fin de mes, así no me gastaba toda la quincena de un solo jalón.
Mariel, 33
“Mi estrategia económica siempre fue hacer presupuesto y tratar de gastar el mínimo... el truco era saber cuánto podía gastar al mes y a la semana.”
Antes de venir a México vivía con mis papás. En ese tiempo me quería independizar, pero el plan con unos amigos no se armó, y ahí un rato después de eso me tocó venir. De salida, para venir, necesitaba tener un buen ahorro para cubrir los gastos porque venía a un curso e iba a estar unos 4 meses sin trabajar, además de boletos y todo eso. Vendí mi compu, más el finiquito de donde trabajaba y otros ahorros, y la armé para vivir un rato.
Esos 4 meses vivía en la casa de una señora con otros 5 roomies, nos dividiamos los gastos entre todos y no gastábamos casi nada. Después de eso, me quería quedar acá en México y los compas con los que vivía me decían que CDMX era lo bueno, entonces me vine para acá y estuve viviendo en un hostal hasta que conseguí una chamba.
Mi estrategia económica siempre fue hacer presupuesto y tratar de gastar el mínimo. Desde que era con lo ahorrado, hasta que conseguí trabajo, el truco era saber cuánto podía gastar al mes y a la semana… si para el final de la semana había gastado menos de lo presupuestado, tenía para fiestear el fin.
Eso más hacer todo lo posible por gastar el mínimo. Mis amigos luego se reían de que no quería gastar en muebles o pinzas de ropa, pero sirve. Creo que si no estás en sintonía del estilo de vida con tus roomies va a ser un dolor de cabeza, porque cuando uno quiere cortar gastos, el otro quiere HBO plus y ESPN. Por eso de los mejores roomies que he tenido es un amigo que es igual de codo que yo, entonces sabíamos que íbamos a comprar un solo kilo del jabón en polvo más barato de la tierra para lavar ropa, trastes y piso, y todos éramos felices.
Armando, 33
“Después de convencerme durante varios años decidí dejar de gastar mi dinero en tonterías y mejor invertirlo en algo para mi y mi futuro."
Primero me fui de casa de mis papás pero luego regresé jaja. No fue algo difícil el decidir construir mi casa. Regresar con mis papás me ayudaba a ahorrarme el gasto de una renta y me propuse de verdad dejar de gastar mi dinero en pen****das. Tenía 30.
Después de rentar y convencerme durante varios años decidí dejar de gastar mi dinero en tonterías y mejor invertirlo en algo para mi y mi futuro. Hice una cuenta de mis gastos mensuales y saqué cuánto podía guardar al mes. Y así durante algunos años.
Hoy ya tengo mi casa (todavía faltan muchos detalles) pero es mía y no pasé 25 años pagándola.
Laura, 28
“Como me fui a vivir con mi novio y no tuvimos que amueblar ni nada, teníamos dinero ahorrado.”
Hace dos años vivía con mis papás, se separaron, entonces nos mudamos de la casa donde vivíamos, mi mamá hermano y yo nos fuimos a casa de mi abuela a vivir.
Al paso de los meses hubo problemas con mi tía que también vivía ahí, entonces decidimos irnos, mi hermano con mi papá, yo a casa de una amiga y mi mamá solita. Meses después conocí a mi novio, a los dos meses empecé a vivir con él.
Podría decir que como me fui a vivir con él y no tuvimos que amueblar ni nada teníamos dinero ahorrado para ir cada quince días a la playa.
Cambié de teléfono y recién me acababa de comprar mi coche pero me ahorré toda la gasolina porque ya no salía por pandemia. Ah, también nos empezamos a organizar con los gastos para dividirnos servicios y comidas.
Teresa, 29
“Los primeros años fueron muy difíciles, porque fue algo que decidí por impulso y tenía cero planes para sobrevivir.”
Cuando iba en la uni, me di cuenta que tenía que salirme de mi ciudad para poder trabajar en mi carrera. Aproveché que era bien nerd y apliqué para una beca. Me la dieron y a la semana, sin tener nada más ahorrado ya estaba en el DF.
Llegué a casa de un compañero de la universidad que también se había venido acá. Iba a mis prácticas profesionales en la mañana y tenía toda la tarde libre. Al ver dinero en mi cuenta me volví loca de poder, salía todos los días a museos, conciertos, restaurantes, etc y en poco tiempo me quedé sin dinero.
Tuve que empezar a trabajar, en un lugar que me explotaba y me pagaba nada, todo se me iba en la renta. Pasé los últimos 6 meses de mis prácticas prácticamente solo con el dinero para el metro y para comer sopas instantáneas.
Cuando terminé las prácticas me ofrecieron un trabajo. Apliqué la YOLO, decidí ya no regresar a mi ciudad y aceptarlo. Los primeros años fueron muy difíciles, porque de nuevo fue algo que decidí por impulso y tenía cero planes para sobrevivir. Me propuse ya no volver a sufrir (tanto) por dinero, aunque eso significara aprender a ser fuerte y no gastar en absolutamente nada que no fuera necesario. Mi primer temporada de ahorro involuntario me ayudó a aprender a organizarme y no gastar en cosas que no necesitaba. Poco a poco mis ahorros fueron creciendo hasta que pude vivir completamente sola y más relajada.
Ahorita estoy en planes de mudarme a otro país, y aprendiendo de mi yo del pasado ahora estoy organizándome mejor con lo que necesito ahorrar para no volver a pasar por lo mismo.
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